¿Qué es la disfagia?

Se trata de un trastorno que afecta a la habilidad para tragar. Existe una dificultad o incapacidad al normal paso de los alimentos, líquidos y sólidos, desde la cavidad oral hasta el estómago. Es un síndrome muy frecuente, cuya prevalencia aumenta con la edad, afectando negativamente a la calidad de vida de la persona con disfagia. Para su diagnóstico es necesaria la participación de un equipo multidisciplinar especializado. La disfagia, más que una enfermedad, se le considera un síntoma, que podemos asociar a diferentes enfermedades.

A menudo, en pacientes que presentan disfagia, es necesaria la modificación de la textura de los alimentos, y con ello, la dieta.

Se debe destacar la importancia del diagnóstico temprano de la disfagia ya que puede desencadenar consecuencia de vital importancia como son la desnutrición y la deshidratación y/o la aspiración, que puede provocar obstrucción o infección.

En la deglución, podemos encontrar dos fases:

-Fase oral o voluntaria: donde ocurre la masticación, se forma el bolo alimenticio y la lengua lo empuja hacia la faringe.

– Fase faríngea (involuntaria): que consta de procesos muy coordinados. Comienza cuando el bolo atraviesa el istmo de las fauces. En esta fase se da el cierre de la nasofaringe, la elevación y cierre de la faringe y con ello la apertura del esfínter esofágico, esto incapacita al bolo alimenticio para entrar en la vía respiratoria, y pasa al esófago. Aquí es cuando empieza la fase esofágica, donde el bolo avanza desde el esófago hacia el estómago.

Tipos de disfagia

Cuando hay dificultad del paso del bolo alimenticio hacia el estómago en alguna de las fases comentadas anteriormente podemos observar:

Disfagia orofaríngea: se da en la faringe y en la región oral, es decir, en la garganta. Existe una dificultad para la deglución y/o para expulsar el bolo alimenticio desde la boca hasta la entrada del esófago.

Disfagia esofágica: las dificultades en la fase faríngea suelen deberse a obstrucciones mecánicas, aunque también se debe a enfermedades neurológicas.

La disfagia, también puede variar en función del alimento:

Por un lado, puede existir dificultad para la deglución de líquidos (agua, leche, caldos, zumos…) que producen tos y hay riesgo de que el líquido pase a las vías respiratorias. En estos casos se debe modificar la viscosidad, según el grado de disfagia, de los líquidos.

Por otro lado, puede también existir dificultad parala deglución de sólidos, donde se debe modificar la textura de los alimentos sólidos, según las necesidades de la persona que presenta disfagia.

También existe disfagia tanto a líquidos como a alimentos sólidos, a la vez. Existe una dificultad para la deglución de líquidos y sólidos y en este caso, se debe modificar la viscosidad y la textura de ambos según las necesidades de cada persona que presenta disfagia en concreto.

Síntomas de la disfagia

Entre los posibles síntomas de una persona que presenta disfagia, según el grado en que la presente, puede aparecer dificultad para tragar saliva, puede generar atragantamiento o tos durante las comidas o incluso después de las comidas, también puede aparecer gorgoteo en la voz, presencia de restos de alimentos en la cavidad oral, incapacidad de beber con pajitas, ausencia del reflejo nauseoso e incluso infecciones de manera crónica en las vías respiratorias.

Consecuencias de la disfagia

El principal problema que aparece con la disfagia es la deshidratación y/o desnutrición, debido al rechazo por parte de la persona que presenta disfagia a consumir alimentos o bebidas. Esto ocurre debido a que en muchas ocasiones se debe invertir mucho tiempo en las comidas. También, por parte de la persona que presenta disfagia, puede aparecer un sentimiento de rechazo social al comer con otras personas porque pueden babear o tener la necesidad de escupir los alimentos. También disminuye la ingesta por reflujo, necesidad de escupir el alimento que se está masticando o restos de alimentos que se quedan en los recesos bucales. Es por esto que es muy frecuente ver desnutrición en personas con disfagia.

Aspiración

Se da cuando se inhalan materiales extraños hacia los pulmones. Lo que podría provocar:

  • Obstrucción de la vía aérea, lo que puede generar asfixia si el alimento que causa la obstrucción es grande.
  • Infecciones en el parénquima pulmonar, por las bacterias del alimento o de la saliva. Estas infecciones podrán dar lugar a neumonías.

Modificaciones en la textura y viscosidad y el papel del dietista-nutricionista

Para decidir el abordaje nutricional a llevar a cabo en un paciente con disfagia, hay que tener en cuenta el grado de disfagia que preenta, observar al paciente mientras ingiere alimentos y bebidas ayuda al diagnóstico y al tratamiento. Cuando hay debilidad en los músculos faciales linguales y masticadores, hay asociación con tos y con más tiempo para comer.

El logopeda debe evaluar la deglución del paciente. Los diferentes grados de disfagia depende principalmente de si el paciente puede o no ingerir alimentos por la boca. Si no puede, se plantea otro tipo de medidas, como son, la nutrición parenteral, la colocación de una sonda nasogástrica o gastrostomía percutánea, cuyos procedimientos deben ser pautados por un especialista en cada caso.

En el caso de ingerir alimentos por la boca (siendo lo prioritario, siempre que sea posible), debemos asegurar el aporte de los nutrientes que cada paciente necesita y para que lleve una correcta hidratación.

Para ello, debemos modificar la textura según el grado de disfagia que presenta el paciente:

  • Disfagia leve, cuando, con tos espontánea, se despeja lo retenido en la faringe.
  • Disfagia moderada, cuando se requieren instrucciones y supervisión para despejar el alimento retenido en la cavidad oral.
  • Disfagia grave cuando hay incapacidad de despejar la faringe.

Cambios en la consistencia de líquidos

Para cambiar la consistencia de líquidos para que el paciente pueda cubrir sus necesidades, existen espesantes. No es tarea fácil, ya que hay espesantes que alteran el gusto de los alimentos y nutricionalmente pueden no cubrir las necesidades del paciente. Existen diferentes grados de viscosidad: textura ligera, textura néctar, textura miel y textura cuchara (pudding) .

Modificación de texturas

La modificación de texturas de los alimentos para facilitar el paso de los alimentos, debe ser individualizada. Es importante la variedad en sabores y temperaturas para que la ingesta sea apetecible para el paciente. Existen, según su modificación, distintos niveles:

  • Nivel 1: purés que no requieren masticación. Se excluyen alimentos enteros. Se incluyen sopas, alimentos triturados (purés), salsas y jugos.
  • Nivel 2: textura alterada mecánicamente para disfagia.
  • Requiere cierta capacidad de masticación.
  • Alimentos que pueden aplastarse con un tenedor (plátano, patata cocida…)
  • Alimentos triturados y húmedos.
  • Excluye alimentos secos como panes, cereales y frutos secos.
  • Nivel 3: textura avanzada para la disfagia. Incluye alimentos sólidos blandos y carnes fáciles de cortar, frutas blandas y sin semillas. Excluye: corteza del pan, alimentos crujientes y secos.