Factores nutricionales
El confinamiento del pasado mes de marzo supuso un gran cambio de hábitos en la población. Disponer de más tiempo libre nos permitió pasar más tiempo cocinando, creando nuevas recetas o experimentando con platos que antes no habíamos probado.
En cuanto a la actividad física, muchas personas crearon el hábito de hacer ejercicio diariamente. Al tener más tiempo libre, probando diferentes rutinas de ejercicio y actividades que incluyen movimiento. Mientras que otras personas abandonaron el movimiento por limitaciones o simplemente por inapetencia. Así aumentó la vida sedentaria, lo que supuso un cambio en la composición corporal de muchas personas.
Obesidad como factor de riesgo frente al covid
La obesidad es un factor de riesgo para la mortalidad prematura debido a las consecuencias para la salud y la calidad de vida de aquellas personas que la padecen. Se considera un factor de riesgo para desarrollar diferentes patologías como diabetes tipo 2, dislipemias, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial o apnea del sueño. De ahí la importancia de apostar por un cambio de hábitos alimenticios.
Tanto la obesidad como la presencia de patologías asociadas a la obesidad tienen relación con una peor evolución de la infección por covid-19.
Belén Ortuño
A día de hoy, existen diferentes estudios en los que se ha observado que entre los pacientes infectados por covid-19 hay un mayor porcentaje de casos en los que el paciente presenta obesidad y se ha relacionado con mayor gravedad durante la infección.
Diversos estudios muestran que la obesidad se asocia a un mayor riesgo de desarrollar neumonía y ser hospitalizado por covid. Debido al porcentaje de grasa corporal elevado existe, previamente a la infección, un estado de inflamación elevado. Esto hace que aumente la sintomatología, incluso en personas jóvenes.
Una alimentación saludable es muy importante durante la pandemia de COVID-19. Lo que comemos y bebemos puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones y para recuperarse de ellas.
OMS
Es por ello que tanto la obesidad como la presencia de patologías asociadas a la obesidad (comorbilidades), tienen relación con una peor evolución de la infección por covid-19.
Nutrición, hábitos y estilo de vida y sistema inmune
Es esencial llevar una alimentación adecuada, equilibrada y completa en nutrientes para mantener el sistema inmune. Aunque éste puede verse afectado por otros factores, sin duda la alimentación juega un papel muy importante.
Son muchos los nutrientes, como las vitaminas A, D y K (vitaminas liposolubles) y minerales como el zinc, el selenio o la fibra, los que nos ayudan a fortalecer el sistema inmune. En estados de déficit de nutrientes puede verse afectado desarrollando ciertas enfermedades.
Es importante mantener una dieta rica en vegetales para consumir todos los nutrientes y fibra que necesitamos para mantener nuestra salud. También proteína de calidad como la carne, el pescado, el huevo o las legumbres y cereales integrales.
En cuanto al ejercicio físico, la práctica diaria facilita mantener un peso saludable o alcanzarlo y mantenerlo en el tiempo y con ello tener un estado de salud óptimo. Lo ideal, según la OMS, es llegar a los 10.000 pasos diarios dentro de un estilo de vida saludable. Es decir, caminar aproximadamente una hora (por debajo de esto, una persona podría considerarse sedentaria). Además, expertos de la actividad física y el deporte explican que también es necesario añadir a nuestra rutina ejercicio de alta intensidad (ejercicios de fuerza) para aumentar o mantener un porcentaje de masa muscular adecuado y así evitar que se desarrollen ciertas patologías a largo plazo.
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